Wagner detuvo e interrogó nada menos que al comandante de la 72ª Brigada, Roman Venevitin. Wagner y la 72ª Brigada compartían posiciones en Bajmut. Le detuvieron, golpearon, le rompieron la nariz y le obligaron a grabar un vídeo en el que admitía haber disparado contra un coche de Wagner por "animadversión personal" hacia ellos. Le acusan de estar borracho mientras lo hace, hablándole como si fuera un subordinado. Denota una desmoralización total de las Fuerzas Armadas rusas, que no deberían tolerar semejante comportamiento de unos mercenarios
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