"Las comparaciones internacionales a menudo confrontan el precio en Estados Unidos, que casi nadie paga, con los precios artificialmente bajos establecidos por los gobiernos en otros países" Esos precios excluyen frecuentes descuentos que negocian los seguros y los llamados administradores de beneficios de farmacia, un tercero que se encarga de mediar para bajar los precios entre las farmacéuticas y las aseguradoras. Unos 27 millones de estadounidenses no tienen o no pueden costear un seguro de salud, por lo que, generalmente, tendrán que pagar
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