Cruzamos muchos kilómetros atravesando un paisaje que no puede ser más atractivo. Es esa sabana africana que hemos visto de niños en las películas. No hay camino alguno y solo falta Orzowei para cumplir nuestra fantasía aventurera de europeos. En el asiento delantero Nalla Gaye se ríe y nos hace reír cuando nos explica cómo logró adelgazar un verano que su mujer le dejó solo en casa a cargo de los niños. Corría de un lado a otro intentando llegar a todo: la oficina, la compra, la cocina, la limpieza…
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