Si en la primera ola los hospitales se vieron desbordados, con UCIS a reventar y sanitarios exhaustos; la segunda ha traído consigo la saturación de la atención primaria, fundamental para la detección rápida de positivos. "La crisis sanitaria provocada por el coronavirus ha reducido la atención a los pacientes crónicos, especialmente a patologías subagudas u otras patologías más graves, además de demoras en pruebas diagnósticas. Se me ocurren los cribados de cáncer de mama o de colon. La pandemia ha hecho que estas actividades queden frenadas
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