La interventora informó de las irregularidades que se cometían en el ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet. Recibió coacciones, amenazas y perdió su puesto. El sumario reflejó una conversación mantenida por el regidor en la que trasladaba sus planes para buscar a un director de servicios financieros “de confianza” y conseguir así que “el interventor haga su vida”. “Como en todos los ayuntamientos, donde al interventor ya no se le hace ni puto caso”, se escuchaba al alcalde. "Hay que echarla. ¿Quién coño se cree que es esta puta interventora?
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