Basta leer la letra pequeña o ver los vídeos para darse cuenta de que ni las cosas pasaron como nos cuentan ni los detenidos son causantes de ningún desastre. Los incidentes de la madrugada de esta semana santa en Sevilla han dado lugar a un buen número de declaraciones feroces y apocalípticas de nuestros políticos. También han desatado un sensacionalismo lujurioso en gran parte de la prensa tradicional.
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