Como buena británica cínica, admiro la actitud resolutiva de Estados Unidos. El sueño americano, la idea de que la gente puede ser lo que quiera, es liberadora y maravillosa. Pero tiene un inconveniente. En Estados Unidos, la idea del hombre o la mujer hechos a sí mismos se toma muy al pie de la letra. Por eso está en auge un lucrativo mercado para quienes desean cambiar de sexo.
|
etiquetas: usa , transgénero , feminismo , infancia