“La Línea está sometida a un tratamiento concienzudo de debilitamiento que terminará con su vida como ciudad. [...] 83 años con plena sensación de abandono por parte de España y con toda su vida legal o ilegal, real o ficticia, sostenida por el dinero que sus trabajadores ganan en Gibraltar. [...] No hay, por ahora, ni un solo procedimiento que se hiciera a Gibraltar sin que sea herida igual o más gravemente La Línea de la Concepción”. Estas palabras datan de 1954. Su autor, el párroco del barrio linense de La Atunara, las dirigía a Franco.
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