Era su sueño infantil. Los niños que hace diez años jugaban en la calle a ser contrabandistas ahora ya ejercen el ‘oficio’ que imitaban. Y son más resabiados que sus mayores, con una mentalidad clara de que ese es su medio de vida. Los ‘nuevos’ narcos forman parte de un problema global de La Línea de la Concepción, un municipio al límite azotado por el 30% de paro (el 70% juvenil). No hay ni rastro de un plan de empleo, de escala regional o nacional, que consiga emerger a la comarca de Gibraltar. Al menos una señal, algo que ofrezca esperanza.
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