Era la primera vez que lo hacía. Yoselin Sarmiento se colocó en silencio en una cola para pedir comida el pasado miércoles. Tiene 18 años y hasta hace un mes estudiaba segundo de bachillerato en un instituto Vallecas. El viernes, el madrileño Israel García, de 48, leyó su historia en un reportaje publicado en la web de EL PAÍS desde su casa de Múnich: Las colas del hambre y la pobreza inician su escalada en Madrid. “Que en mi casa tengamos que pedir comida lo llevo como puedo, no es algo que sea fácil de asimilar".
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