"Es la cruz que llevaré toda la vida". Kim Hyon-hui tiene 56 años y en las raras entrevistas que concede explica que perpetró el atentado como parte de su misión al servicio del espionaje de Corea del Norte, cuyo gobierno quería sabotear los Juego Olímpicos de Seúl. Murieron todos los ocupantes del avión.
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