Las "esposas aturdidoras" (stun-cuffs) pueden dar calambrazos de hasta 80.000 voltios. Sirven para controlar a personas que ya están arrestadas y a disposición podicial o judicial. Además se pueden activar por control remoto. En este caso, el detenido estaba haciendo de su propio abogado. Tras una discusión con el juez, éste le dijo al alguacil: "Hazlo, dale". Con el control remoto, éste le soltó 50.000 voltios al acusado, que cayó al suelo y se puso a gritar de dolor. El juez ha sido ahora condenado a tomar clases de gestión de la ira.
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