En sus memorias, que podrían haberse titulado Mea Culpa, Cebrián repasa todos sus pecados: cómo escondió en un cajón informaciones que afectaban a Jordi Pujol en el escándalo de Banca Catalana por orden de Jesús Polanco porque perjudicaba los intereses de El País en Cataluña; cómo Polanco desbancó a Ortega Spottorno y se hizo con el control de El País con dinero de procedencia turbia; o cómo Cebrián tenía tanta poder que hasta colocaba ministros en el gobierno de Felipe González como hizo con Javier Solana. La revolución digital dejó a los capo
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