Los hijos de terroristas del ISIS son los más damnificados. El rechazo del país y los habitantes hacia estas familias ha motivado que su inscripción en la educación formal sea una quimera. Human Rights Watch (HRW) estimó que en junio de 2019 hasta 250.000 iraquíes seguían sin poder regresar a su lugar de origen porque las autoridades y comunidades federales o locales los han percibido como afiliados del ISIS.
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