Por un lado, los invernaderos dedicados al cultivo dependen masivamente de iluminaciones muy sofisticadas y específicas. Como se explica aquí, una lámpara HID emplea 80 veces más energía que una LED. Hay que sumar el efecto de humidificadores y los sistemas de ventilación: las luces generan calor que los productores deben neutralizar si no quieren echar su cosecha a perder. El resultado: pequeñas (O gigantes) explotaciones hiperdependientes de un elevado consumo eléctrico. Y hoy por hoy, la mayor parte de la energética sigue siendo contaminante
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