No queremos demandar a niños de 16 años de edad, o a las mamás y los papás. Se tarda 18 meses en pasar por los tribunales, y todo lo que se consigue es hacer ricos a los abogados ricos y obstruir el sistema judicial. No es eficiente. Esta es todavía la actitud de la industria del cine, quince años después de Napster: darse cuenta de que perseguir a sus espectadores no sale rentable, y anunciar que van a dejar de hacerlo. Impresionante.
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