Las redadas del servicio de inmigración tienen a Ronald con el alma en un hilo. “Los agentes llegaron (el domingo) a la casa de un pariente mío en Pompano Beach (Florida). Andan en busca de la nuera de él y de su hijo, un niño de apenas un añito de edad. Le dijeron que si no los entrega hoy (lunes) al mediodía, se lo llevarán a él también”.
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