Celebraba con Diego una victoria de Argentina en el mundial cuando una llamada del Samur arrebató ese momento, me decían que te habías caído en casa y te habías roto la cadera, la que aún conservabas. Tras el primer shock vino sin embargo cierta calma; era un camino que ya habíamos recorrido hacía un par de años. Conocíamos el proceso, la recuperación y la rehabilitación. No sería fácil, pero llegaría. Pasaste cinco largos meses en el hospital y no pudiste recuperar tu movilidad. Cuando llegaste a casa estabas muy débil, pero optimista.
|
etiquetas: historia , despedida , dependencia , súbita , familiar