España no debería dejarse chulear por un sujeto que sostiene aeropuertos que tal vez no deberían haberse construido jamás. A escala internacional, una compañía aérea que maltrata a sus usuarios y a sus empleados debería ser seriamente reprimida: yo no descartaría la ilegalización de Ryanair por crímenes contra la humanidad. Y nada me haría más feliz que ver al funesto señor O'Leary ante el tribunal de La Haya.
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