El "lema" de la reforma será precisamente esa frase, coreada en las plazas como "sólo sí es sí" y que pretende acotar al máximo el margen de los jueces para distinguir entre unos delitos y otros. "O es "sí" claramente o es "no" y punto. Y no hay interpretación posible", ha dicho Calvo. "No queremos correr riesgos en el consentimiento interpretativo" de la mujer.
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