El gaslighting, como una forma de violencia, se da cuando el agresor le da información falsa a la víctima, cambia la versión de los acontecimientos o la manipula para que ésta dude de su memoria, de sí misma o de su percepción de las cosas, lo que a la larga puede ocasionar periodos de angustia, baja autoestima, ansiedad y hasta depresión. Y aunque es ejercida principalmente de hombres a mujeres, las mujeres también pueden practicarla. En el largo plazo, el gaslighting tiene consecuencias serias.
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