Davina Tavener, de 47 años y madre de dos niños, se dirigía a Lanzarote junto a su marido Andrew pero el vuelo se tornó en tragedia. Tras tres horas de viaje, la mujer se derrumbó y murió en el inodoro del avión sin que se pudiera hacer nada por su vida. Al parecer, Tavener pudo haber muerto de una afección cardíaca no diagnosticada. Un cirujano, a bordo del vuelo, que fue ayudar a la mujer se sorprendió al ver que el avión no disponía desfibriladores.
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