Una de cada cinco viviendas que se vendieron en 2013 fue a un extranjero y de estos, más de la mitad ni siquiera son residentes en España. Las zonas de costa son las que más están notando esta recuperación de la demanda, que incluye nuevos mercados como rusos o chinos. La promesa de obtener la residencia al comprar inmuebles de más de 500.000 euros no ha influido en la decisión de estos inversores.
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