La familia Álvarez Meana avanza en la vía judicial para restaurar su honor después de que una acusación de acoso sexual denunciada por una exempleada -y hasta dieciséis escraches ante la pastelería por el sindicato CNT- les obligase a cerrar el negocio familiar. En abril, la Audiencia Provincial cerró definitivamente la acusación de abuso sexual y ahora es la trabajadora quien deberá responder ante la Justicia por la supuesta comisión de una multitud de delitos: denuncia falsa, obstrucción a la justicia, calumnias, injurias y amenazas...
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