No es aceptable en una sociedad democrática que otros puedan impedir con argumentos teológicos, incomprensibles e incluso esótericos (disfrazados de ideología política) la libre autodeterminación vital. Un punto de partida necesario, para abordar con racionalidad y coherencia la regulación de la eutanasia es la de precisar su verdadero significado. Muchos han traducido la palabra, de raíces griegas, como buena muerte. Otros sostienen que es más apropiado equipararla a la muerte voluntaria..
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