Madre de una niña robada y exactivista del mayo del 68, la pasada semana ocupó un edificio vacío del centro de Madrid para vivir en él. Lleva tres años viviendo gracias a las ayudas del 15-M: "Me echaron de la casa que tenía en Ávila justo cuando empecé a buscar a mi hija", asegura. "Las diez familias que han ocupado el piso son gente normal, como yo, no delincuentes", afirma.
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