No les bastó con despojarnos de la historia y el territorio: ahora nos despojan del relato. No tenemos cabida, nuestro relato es inaudible en los medios masivos. Y si lo hacemos vamos a tener un tribunal conformado por periodistas, jueces y fiscales dispuestos a condenarnos. El tema de Lof Lafken Winkul Mapu requiere un relato general de cómo se están avasallando los derechos de los pueblos originarios y, en concreto, del pueblo mapuche-tehuelche. No hay sociedad que pueda soportar tanto atropello, tanta persecución.
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