Una vez que ya somos conscientes en mayor o menor medida de lo que somos, ya no le podemos echar la culpa a nadie sobre reaccionar o quedarnos quietos. No podemos depositar más que en nosotros mismos la responsabilidad de creer y actuar. Aunque lo más difícil de todo, quizás sea no actuar. Debería decir mejor la responsabilidad de vivir, según nuestras propias normas o las impuestas.
|
etiquetas: élite , ageda globalista , the economist , predicciones , granja prisión