Tras el declive de Berlusconi y la caída por corrupción de Umberto Bossi, parecía que el actual primer ministro italiano Matteo Renzi no tenía oposición. Pero el vacío lo ha llenado otro Matteo, Salvini, secretario de la Liga Norte desde diciembre de 2013. Casi no ha trabajado en su vida, se pasó 16 años en la universidad y al final lo dejó, pasó por dos concursos televisivos que ahora dan risa y entró joven en política. Quiere crear una fuerza populista, xenófoba y de extrema derecha que aglutine el descontento y se abra incluso al sur.
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