El sueldo de Ana Cano, de 33 años y con siete de experiencia en la etapa del 0 a 3 años, es casi tan precario como el del resto de las educadoras infantiles de toda España sujetas al convenio colectivo estatal para las escuelas privadas y públicas de gestión indirecta: 1.134 euros al mes repartidos en 14 pagas, que suman un total de 15.876 euros anuales. En otras palabras, el Salario Mínimo Interprofesional (SMI).
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En casi todos los países de la UE, excluyendo los que ingresaron a partir del 2000, un universitario con máster cobra al menos el doble o el triple que lo que cobran estas profesoras.
Qué pena de país.
Para amnistías, la del actual gobierno de coalición pijoprogre, para salvar a los del 3 persent.
Sin duda es vocacional pero estaría bién que cobraran bastante más.
Un ejemplo: en el mundo de la fisioterapia estoy leyendo hace ya tiempo que buscan alguien con no solo los conocimientos mínimos que se supone que debes tener para realizar tu trabajo, sino que también, punción seca, manejo de ecógrafo, clases dirigidas de espalda sana y/o pilates, fibrólisis diacutánea, Máster de algo, y alguna especialidad. Eso sí, el sueldo, por convenio. Quién paga toda esa formación? Porque luego, no cobran lo mismo a un paciente por un tratamiento que por otro, pero el que lo da, sí que cobra igual por parte de la empresa.
Y en ese caso, alguien que cuida de los hijos de otras personas, estimulan, ayudan, etc... ¿Así es cómo se valora?