Los pocos datos que van saliendo a cuentagotas —y con retraso— confirman un diagnóstico que no por sospechado es menos demoledor: la pandemia está siendo el golpe de gracia a la salud mental de una sociedad ya tocada antes de las mascarillas y los encierros. Las farmacias gallegas alertan de que la demanda de ansiolíticos, antipsicóticos y tranquilizantes está disparada; el problema es que Galicia lleva años liderando su consumo: según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes ya al 2017, la nuestra es la c
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