Felisa, de 32 años, estuvo desangrándose durante horas en marzo de 2017 en el hospital público Infanta Margarita de Cabra (Córdoba), y avisando a los médicos de que su propia madre, la abuela del niño, había sufrido tiempo atrás un desprendimiento de placenta, y los síntomas eran exactamente los mismos que ella tenía. El bebé terminó falleciendo. El hospital mandó a Felisa y a su marido a terapia psicológica con un profesional que, de la hora y media que estuvimos con él, estuvo una hora tratando de convencernos de que no presentáramos denuncia
|
etiquetas: bebe , parto , desprendimiento de placenta