Mientras se contaban los resultados de las elecciones, Montoya y Reznicek condujeron su automóvil hacia el costado de la carretera en las afueras de la ciudad de Newell, junto a un vasto campo de rastrojo que había sido vaciado de maíz. Un cuarto de luna iluminó el lugar de trabajo de la tubería frente a ellas. Montoya estaba nerviosa pero concentrada. “Ves una excavadora, sabes lo que hace”, recordó más tarde. "Sabes que no va a hacer nada bueno". Agarraron una de las latas de café cuya lata habían perforado con agujeros, la rellenaron con...
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