La decisión de dar fin a la política del hijo único se expresó en lenguaje burocrático y parco. “Aplicar de manera integral una política que permite a las parejas tener dos hijos y tomar medidas activas para contrarrestar la tendencia a una población de mayor edad”, dijo el Partido Comunista a través de un comunicado la semana pasada. Esas palabras, con la alusión a estimular el crecimiento económico, constituyeron el fundamento oficial para transformar una política que ha dejado cunas vacías y corazones huecos en toda China.
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