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Como en una novela de misterio, hay un asesino del que desconocemos todo salvo su nombre. Con algunas personas el covid-19 pasa de largo, pero con hasta un 20% de los pacientes logra que el organismo de alguien —que horas atrás no estaba grave— llegue al límite del colapso. Los detectives, aquí con batas blancas o equipamientos de protección individual si los hubiere, examinan las pruebas y encuentran que lo que provoca estos repentinos agravamientos es un fenómeno conocido como tormenta de citoquinas: el arma homicida de la enfermedad.
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etiquetas: covid-19 , coronavirus , citoquinas , gripe