No reproduciré las ideas que vomitó Abascal en su visita al espacio de entretenimiento, uno de los programas favoritos de lxs niñxs de nuestro país. Cualquiera de sus peroratas debería pertenecer a un debate superado en cualquier democracia madura. Me preocupa más el profundo cambio de paradigma que representa sentar a Abascal en el programa más visto del día y permitirle, entre insectos de felpa y chascarrillos, decir cosas como que el aborto debe ser ilegal, los homosexuales no deben adoptar...
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