La limitación de mandatos, a la expansión territorial y de perfiles profesionales de sus consejeros, entre otras novedades que introduce, tal vez habrían frenado las imprudentes prácticas y políticas expansionistas de ambas entidades y que finalmente las conduciría a la bancarrota, siendo por ello una absorbida y la otra intervenida por el Banco de España. Pero eso nunca lo sabremos. Ahora ya solo sobrevive la honrosa pero diminuta Caixa Ontynient.
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