El vuelo de una delegación de un patrocinador olímpico aterriza en el aeropuerto de Pyongyang, capital de Corea del Norte, cuando debería haberlo hecho en PyeongChang, Corea del Sur. Al parecer, el piloto cometió un error al introducir las coordenadas cuando el jet salió desde Pekín. Lo curioso del caso es que el control de tráfico aéreo del aeropuerto autorizase el aterrizaje, cuando tan sólo operan con ciertas rutas a Siberia y China.
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