La monarquía que fue la clave de bóveda para que este país pudiera avanzar hacia la democracia que hoy tenemos, aunque fuera un designio de Franco, es hoy su mayor debilidad. Porque este país no está preparado para asumir, sin un cataclismo de por medio, la alternativa a la misma, es decir, la república. Tienen que pasar muchas cosas para que ese cambio sea posible. Y ninguna de ellas se atisba en el horizonte. No por eso no se debería dejar de pensar en ese asunto. Porque un día puede estar encima de la mesa.
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