A veces podemos ser cómplices de una sociedad utilitarista que lo mide todo por la rentabilidad. De esta forma, podemos caer en la tentación de pensar que es más “rentable” dedicar recursos a aquellos jóvenes de los que vamos a obtener un mejor resultado. Es más, podríamos pensar que, para los que menos progresan, es suficiente con dedicar los márgenes de nuestra acción.
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