El pasado jueves, Miquel Gual, presidente de la agrupación de cooperativas y payeses Camp Mallorquí, se levantó "hecho polvo" pensando en que esta crisis y el estado de alarma serían la puntilla final para su sector. "Puñetas, basta ya de autocomplacencia y de flagelarse", reaccionó. Decidió que era el momento de hacer algo para mejorar la situación. Hoy, su iniciativa de vender y repartir a domicilio cestas de verduras y naranjas ha colapsado el canal de pedidos de la organización y la respuesta de la población les ha desbordado.
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