El hombre de 30 años con discapacidad que denunció haber sido víctima de un secuestro en Manacor, Mallorca, confiesa que las torturas fueron consentidas. Según su declaración en comisaría, que coincidía con las heridas que tuvo que tratar en el hospital Son Espases, siete personas lo habían tatuado penes en la cara, le habían quemado, cosido los dedos de los pies y pegado con Loctite la boca. Un concurso sadomasoquista detrás del secuestro
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