En USA un fabricante de coches no puede vender a los consumidores directamente. Esto al menos es lo que dicen los concesionarios de coches de una multitud de estados del país, que están litigando furiosamente para evitar que Tesla, el fabricante de vehículos eléctricos, pueda montar tiendas donde pueda comercializar sus productos sin intermediarios. En cierto sentido la retórica de cierta derecha sobre el estado y su papel en la economía es opuesta a la realidad. Los empresarios son a menudo el peor enemigo del mercado y la libre competencia.
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