Una función de teatro comienza mucho antes del oscuro en el patio de butacas. No está claro cuándo, exactamente, pero antes. Pasado el proceso de ensayos, es el momento de la función, de que el escenario se convierta en bosques, castillos u oficinas. De que los personajes salgan despavoridos del baúl de la imaginación para convertirse en seres carne y hueso. De que actrices y actores desaparezcan tras acentos, movimientos y timbres de voz extraños, ajenos. La magia, esa que hace que la realidad se eche a un lado para crear un mundo nuevo[...]
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