En 1989 un grupo franco-brasileño llamado Kaoma agitó el mercado mundial de la música con la lambada. Esta canción de pegadizos ritmos tropicales fue número uno del año en casi toda Europa. Alertados por su éxito, una banda boliviana denunció a Kaoma por plagio y fueron a juicio. La lambada era una copia de una composición folclórica andina. Así se fraguó uno de los mayores robos de la historia de la música.
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