En las últimas horas, un grupo de una treintena de militantes descontentos se reunía en un local de la capital para analizar la situación del partido a nivel provincial después de las elecciones. “Hay que cambiar las cosas para que el señor Requejo no siga dirigiendo la formación de manera dictatorial”, aseguran los críticos. El oscurantismo y el amiguismo están llevando a esta formación a una línea muy diferente de la que se defiende desde la matriz con Alberto Rivera a la cabeza”, comenta el sector descontento.
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