Plantea que es «discriminatorio» que las personas con discapacidad que pueden caminar tengan opción de elegir grada y, a la vez, tengan la misma reducción que él, que no tiene elección y debe ir sí o sí a «una de las más caras». El abonado del Celta Iván Pombo, de 41 años, con 21 de antigüedad y con una discapacidad física por la que se desplaza en silla de ruedas, explicó ayer a través de Twitter que el club ha paralizado su renovación al haber presentado él una queja ante el Valedor do Pobo.
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