La luz roja ilumina un pequeño estrado. Pronto, un juego de cámaras e imágenes caleidoscópicas introducen al espectador en esta historia casi perenne, una historia contada a través de la revista ¡Hola!, esa que tantas portadas dedicó a Carmen Polo, Carminha, la caudilla, la generalísima, la collares. No es una obra más, sino una de esas creaciones que saborear, aunque solo sea por un motivo: la futura extinta Fundación Nacional Francisco Franco la prohibiría si pudiera.
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