A la espera de resultados oficiales que lo confirmen, todo hace pensar que la mortandad masiva de navajas, coquina y longueirón experimentada en la playa grovense de A Lanzada (Pontevedra), pudo deberse a una brusca subida de la temperatura del mar. En días pasados el agua llegó a alcanzar los 20 grados, algo insólito en esta época del año. Y el fuerte oleaje se habría encargado de hacer el resto, empujando hacia la orilla los miles de ejemplares muertos en la ensenada de A Lanzada.
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