Con su decisión de suspender las negociaciones de adhesión a la UE durante los próximos cuatro años, el gobierno georgiano ha agravado el conflicto con la UE. Como gobierno soberano tiene todo el derecho a hacerlo. En los últimos meses, Bruselas ha interferido desenfrenadamente en la política nacional del lado de los oponentes internos del gobierno, con el fin de mantener al país atado políticamente. La escalada consiste en que un país periférico y pequeño, diga “no” a Bruselas. En la lógica de la UE, es ella la que dice “no”. Nunca al revés.
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